viernes, 13 de febrero de 2015

Estás enamorado

De repente te das cuenta de que las mañanas ya no te pesan, de que el frió ya no importa. Por casualidad sus ojos se cruzan con los tuyos y desvías la mirada porque temes perderte en las galaxias de sus ojos. Y tienes miedo porque te preguntas si esta vez será como la anterior; y quieres correr; y quieres esconderte. Te muerdes la lengua para no decir todo lo que quieres decirle y te amarras las alas al suelo para no salir volando cada vez que te mira.
Estás enamorado, pero eso ya lo sabias. Ya sabias que no lo podías evitar y has perdido la razón, ¿pero quién la necesita cuándo todas las constelaciones te dicen "buenos días" antes del amanecer? No quieres cerrar los ojos y quieres que todos los días sean el penúltimo día de la semana para así poder ver más amaneceres como éste.
Piensas que deberías alejarte del huracán, pero sabes que no llegarías suficientemente lejos. Y empiezas a odiar todos los fenómenos meteorológicos que provocan sus palabras, pero de alguna manera sabes que los elegirías una y otra vez sin importar que mueras en medio del desastre.
Se desatan terremotos y el oxígeno parece escapar de ti. No puedes encontrar las palabras apropiadas y cada vez que caes en su gravedad tienes la sensación de que deberías tocar el sol con las manos desnudas.
Y, ¿qué sabrán los demás del universo si no han envidiado a las estrellas que cubren su piel, si no han sufrido quemaduras de tercer grado por aproximarse a una supernova, si no han odiado hasta vomitar todos esos años luz que se interponen? Estás enamorado y, aunque desearías que no fuera así, amas que se sienta así.

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