lunes, 17 de julio de 2017

¿Recuerdas cuando casi nos quisimos a la vez en una canción de Standstill?

¿Es demasiado tarde para recordarte?
He jurado a todos que ya no me acuerdo de ti.
Pero lo hago,
incluso cuando de lo demás te he borrado del todo.

Hace tres años escribí sobre olvidarte,
hoy llegué a la conclusión de que te quiero recordar
hasta que tu recuerdo no duela.

Para que algo deje de doler no hace falta poner banditas,
sólo que lo bese la persona correcta.
Y esa eras tú.
A veces creo que me dejaba romper para que tú me amaras.

Hoy ya no soy la misma persona,
ya no te enamorarías de mi,
y esa canción que solía recordarte a mí
me queda muy grande.

Hace meses que no toco un piano,
ya no recuerdo que se sentía.
Es la primera decepción que te dejo en la puerta.

Me planté un iceberg en el pecho
porque ya no me quedaban más semillas
e hizo raíz en mi estomago,
contengo más frió del que tu suéter puede soportar,
soy incapaz de dar,
y no, no te dí todo lo que tenía,
pero es que no quise dárselo a nadie más,
por eso lo deje en el último lugar en el que existimos;
tengo las manos vacías y congeladas,
restos de arena entre los dedos
y ningún reloj que se acuerde de pararse por si vuelves.

Ya no saludo a nadie cuando voy por la calle,
desconocí a todos, incluso a mi misma,
me limito a agachar la mirada,
esquivar los ojos que se clavan como dagas en mi piel.

Ya nadie me mira como tú,
nadie me ha vuelto a llamar "maravilloso ser".
Pero aún serías capaz de seguir mi rastro,
aunque no sean huellas,
son cicatrices,
cicatriz de "aquí nadie me hace más daño que yo".

Ahora cómo voy a cuidar de alguien,
si no sé hacerlo conmigo.
Ya no sé cómo mantenerme recta frente a un montón de personas
que quieren contarme su vida en formato dolor.

Y claro que sé que es lo que pasarlo mal,
pero parece que ya nadie lo recuerda como yo,
pase de tener la cabeza en la guillotina
a ser quien deja caer la cuchilla.
¿En qué clase de personas nos convertimos
si hacemos todo el daño que nos hicieron?

Y no, no voy a ser yo quien salve esta ciudad,
ni siquiera puedo con los gatos abandonados;
y ya nadie quiere escucharme al otro lado de la línea
línea muerta,
muerta de miedo,
miedo a la oscuridad,
oscuridad de no veo ningún rostro conocido;
y ya no puedo decir que toda va a ir bien.

Ojalá que cuando regreses quieras verme,
y no te importe todo lo que haya cambiado.
Ojalá que me invites a comernos la ciudad desde tu balcón,
con la boca tan llena de risas que no nos cabía la tristeza.


miércoles, 12 de julio de 2017

Todo lo demás ya no importa.

Un día cualquiera te llamo al llegar a casa,
te echaré tanto de menos
y llevaré unas copas de más.

No contestes.

Que quiero contarte todo lo que me callé la última vez
que te dije que te odiaba
esperando que tú también lo dijeras
porque así sería más fácil irme.

Pero esa vez te quedaste callado
porque sabías que necesitaba convencerme a mi misma de eso.

No sé si podré decirte todo lo que sentía en ese momento,
quería que me hicieras cambiar de opinión.
No hay nada más triste
que querer quedarse
queriendo irse.

No quiero hacer largo este mensaje:
te quiero.

Y ya está,
que aún después de que me rompieras el corazón,
recogería los pedazos y los pondría de vuelta en tus manos.



Que bueno que nunca escuchas el buzón de voz.


martes, 11 de julio de 2017

También en Abril.



Me gustaría estar de acuerdo con todos los poetas que describen lo bonito del amor, que nos juran que está bien, que vale la pena. Me gustaría también proclamarme valiente y decir que te veo a los ojos como un astrónomo que apenas está descubriendo todas las constelaciones.

Me gustaría poder decirte lo bonito que es enamorarse, lo fácil que es, lo hermoso que se siente... pero a mi nunca se me ha salido mentir.

Yo no entiendo qué es lo bonito del amor.
¿Es cuándo te quieres abrir el pecho sin anestesia para sacarte el corazón y regalarlo envuelto en papel celofán junto con chocolates o cuándo quieres correr hasta llegar muy lejos y caer sobre tus rodillas para que éstas sangren y alguien venga a poner una bandita sobre tus heridas?

Yo no lo entiendo...

No lo entiendo porque cuando te miré a los ojos quise voltear a otro lado y jamás volverte a ver, porque cuando fueron tus labios los que pronunciaron mi nombre quise cambiarlo en ese instante y tu voz sonó como uñas sobre un pizarrón de primaria. ¿Dónde está lo bonito de enamorarse cuando lo único que quieres es no toparte con su sonrisa?

No entiendo... No entiendo nada de esto porque te tengo miedo, porque contigo siento que caigo y que me falta la respiración, porque yo no quiero darte mi canción favorita...

Esto no es bonito, ni está bien, porque eres de esa clase de personas que me puede romper el corazón, que me puede dejar el destino confundido, que me puede sacar ese demonio asustado de las entrañas.

Así que yo no entiendo cuando dicen que el amor es bonito porque a mi me parece más un monstruo sediento de sangre que viene a pedir carne, viva o muerta.

Que el amor es esa sirena que te arrastra al océano y después no se atreve a ahogarte y te deja a la deriva extrañando una canción de la cuál no recuerdas la letra pero sí las ganas que tienes de volver a escucharla aunque eso signifique intercambiar tu corazón por agua de mar.

jueves, 6 de julio de 2017

Desastre 212

Yo en serio quiero decirte la verdad
pero nunca parece ser un buen momento,
y ahora está sonando una canción de Nudozurdo
y me convence de hacerlo.

Quisiera revisar mis mensajes
a sabiendas que ninguno de ellos será tuyo;
si no me conociera lo suficiente
te escribiría primero.

Sé que te voy a perdonar todo el daño,
sé que me culparé por todo lo que salga mal después.
Quiero hacerte llorar, quiero que te mate,
pero también quiero ser la única que te reviva.

Soportaré la grieta,
mañana te diré la verdad.
Soy la misma persona que te pidió un beso
justo después de mancharte la camisa
con las lagrimas que me sacó alguien más.

El amor era un juego
y aunque ambos nos divertimos,
tú ansiabas ganar y yo te dejé.
Ríete en mi cara
que te quiero morder el corazón
y escupirlo a tus pies.