Cuando era niña no quería ser princesa, quería ser heroína y ganar las peores batallas, no había ejercito de ninguna clase que pudiera contra mi. Yo era la única que podía viajar a otros mundos, vivía en otras épocas, era otras personas, conocía todos los secretos del mundo.
Cuando yo era niña no tenia miedo de la oscuridad, no le temía a los fantasmas, es mas, hablaba con ellos de la luna porque ellos no la podían ver. Bailaba canciones que me inventaba, sin ritmo, pero con mucho sentido. Hablaba idiomas desconocidos por todos, veía cosas que los demás no entendían.
Yo era una niña bastante extraña, muy peculiar, muy callada, e irónicamente, parlanchina. En las noches atrapaba polvo de estrellas en mi mano y este no me quemaba, la luna me hablaba en sueños, yo sabia que era una bruja. Cuando era pequeña soñaba con ser grande y vivir en el fondo del mar, hablaba con los animales y de alguna manera yo les entendía, podía ver esas las luces alrededor de las personas.
Ahora no soy pequeña, ni tampoco una niña, pero sigo cantando libertad, sigo buscando un mundo en donde asentarme, aun vuelo en pegasos, cuido de dragones, bailo en círculos con las hadas. Ahora si tengo una estrella completa cerca de mi corazón y he resucitado algunas veces, he luchado batallas aunque odie la guerra, debo confesar que no todas las he ganado, pero incluso cuando perdí, no me perdí a mi, aunque todos, incluida yo, hayan creído eso. Ahora si tengo ritmo en mis canciones, ahora si son castillos los que dibujo y no garabatos. Aun estoy aprendiendo a comunicarme con las personas, a vivir en mi mundo, a gozar mi tiempo y a las personas a mi alrededor, aun estoy aprendiendo a ser yo, a ser una con todas las personas que fui y a vivir en el presente. Y aun me queda mucho por aprender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario