martes, 19 de julio de 2016
Final warning.
Voy a confesar que de enamorada soy muy insoportable,
tiendo a escribir demasiadas cosas cursis,
doy regalos sin ocasión especial y sin esperar las gracias.
Me gustan los mensajes largos
los "buenos días, espero que hoy te sonrían todos los dientes de león",
los "buenas noches, agrega otro beso a los muchos que te debo".
Olvido las fechas importantes, pero hago que todos los días importen;
no digo suficientes "Te quiero", porque doy por hecho que lo saben;
me sonrojo demasiado, puede parecer que estoy aguantando la respiración.
Doy demasiados pasos hacia atrás, y hacia adelante sólo para saltar;
exijo demasiados abrazos duraderos, pero no sé darlos:
y me quiebro con facilidad algunos meses.
La primavera siempre me sentó mal,
será porque abril me trae malos recuerdos,
o porque en mayo me da por fingir que he madurado,
A mi noviembre me cala de manera especial,
me da por dejar rodar las lágrimas
y hundir mi cuchara en el bote de helado.
Soy una persona depresiva por naturaleza,
siempre vacío el vaso para no ahogarme,
digo lo que pienso a medias y sin pensarlo,
me corto el cabello para evitar hacerlo con la cabeza,
vomito para ver si así se me deshacen todos los nudos en la garganta
tengo tendencias autodestructivas que resultan inaceptables.
En resumen, soy una chica normal,
no tengo nada de especial ni razón para ser única
y no me molesta en lo absoluto ser como las otras chicas
ya me he enamorado de alguna de "las otras chicas".
Le huyo al amor y suelo sabotearme con frecuencia,
odio las mariposas en el estómago,
los ojos llenos de ilusión vacía,
la sonrisa de estúpida que pongo al verle,
el sudor en las manos que me tiemblan de nervios...
odio preguntarme si mi maquillaje sigue en su lugar,
si le ha gustado el color de mis labios,
si cree que con ese vestido me veo guapa.
Odio tener que pensar en la aprobación de otra persona,
porque soy tan exigente conmigo misma
que me pongo altas expectativas frente al espejo
y me escupo a la cara al no cumplirlas.
Extraño en silencio,
quiero a destiempo,
amo de manera dolorosa,
y siempre
siempre
siempre
me despierto 5 minutos antes
de que suene la alarma...
y así también con las despedidas.
Soy la estúpida que se metería todos los chicles a la boca
para crear una burbuja en la cual pudiéramos salir volando,
la que masticaría plastilina si se trata de pintarnos de colores,
la que a pesar de todos los tropiezos sigue poniendo la misma piedra.
Soy una idiota con un corazón subnormal y dislexia emocional,
pero soy la idiota que se queda después de que todos se hayan marchado,
la idiota que se cura las heridas plantando flores en ellas.
Soy la idiota que le querría
incluso después de que usara como balón mi muñeca favorita,
incluso después de que se burlara de mis lágrimas de cocodrilo.
Le querría, y mucho.
Le quería...
Y le volvería a querer si me lo pidiese.
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