viernes, 31 de enero de 2014

Cosas que nunca supiste.

Creo que ya era hora de sacármelo del pecho,
que después de todo, todo mundo lo sabia,
pero mi mundo jamas se dio cuenta.
Aquí te cuento unas cuantas cosas
que debí contarte cuando estabas aquí
pero que no me atreví,
por aquello de las despedidas.
Tienes que saber
que a mi nunca me importaron los horarios
que los calendarios no estaban en mi vocabulario
pero los días de la semana,
esos si que me tenían bien agarrada,
pero aun así logre zafarme del Domingo,
para estar contigo...
Si supieras que toco mejor la guitarra de lo que aparento,
que lo que pasa es que me ganan las vergüenzas
y las segundas versiones de un encuentro,
tal vez te hubieras puesto a componer conmigo
y no terminaría con una libreta de letras sin melodías.
Si supieras que cuando hablaba de mi pasado
era porque necesitaba que me dijeras que tu serias mi futuro,
y hasta puedo jurar que a veces tu también lo pensaste,
pero me quede perdida en la traducción.
Si supieras que a mi las promesas me asquean,
pero creo que en el fondo lo sabes,
porque nunca me haz prometido nada.
Si supieras que la versión de mi,
antes de conocerte,
siempre fue la peor,
nunca fui yo.
De algún modo me gustaba estar contigo,
me sentía mas mía,
mas fuerte,
mas visible,
mas simpática.
Cuando estaba contigo
me convertía en marea,
me hacia luna,
me pintaba de supernova,
me disfrazaba de poeta,
y me enredaba los atardeceres al cabello.
Llegue a pensar en que perfume usar,
¿Te lo puedes creer?
Llegue a hablar de enamorarse,
de las historias sin finales (que yo antes tanto odiaba)
de los puntos suspensivos después de una despedida
y reviví cada momento de mi infancia
y reescribí cada momento de mi adolescencia,
y así fue como fui la mejor versión.
Y pensaran que esto ya no tiene sentido,
pero para mi siempre sera buen momento,
si se trata de hablarles de ti a las paredes.

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