¿Quién podría no darse cuenta? Y aun así nadie lo nota.
¿Cómo puede existir un infierno tan grande y ser invisible para todos? Pero es que yo tengo este talento de cortarme las venas y seguir sonriendo.
He soltado carcajadas cuando me ha faltado la voz, he corrido cuando no puedo respirar, he escalado una montaña cuando tenía las piernas rotas y un hueco en el pecho.
¿Qué no podré hacer yo, que hecho hasta lo imposible por morir?
Vivir...
No puedo vivir sin este terror constante en la mirada y esta culpa que me hace caer de vez en cuando.
No puedo vivir teniendo que mirarla a los ojos todas las mañanas y tener que decirle con el corazón en la navaja "te he defraudado".
Ella me mira con repulsión. Ella me odia. Me odio.
Si los demás supieran que cada vistazo al espejo es una batalla mas dura por no matarme.
Si ellos vieran lo que yo veo...
Si ellos vieran la chica destrozada que me mira con desdén, la chica con incontables cicatrices en el cuerpo. Si ellos me vieran desde mis ojos se aterrarían.
Desde mis ojos ya no hay una chica, sino lo que queda de ella. Desde donde yo la observo es un monstruo.
La gorda anoréxica, la bulimica asquerosa, la inútil suicida...
Ellos no saben de las veces que me cosí la boca para no probar aquel pastel, de las veces que me pesaba la existencia en la columna y que ni siquiera podía conseguir que mis piernas me sostuvieran sin temblar.
Ellos no saben del ardor en mi garganta, de sangre que advertía que algo definitivamente andaba mal dentro de mi.
Ellos nunca entenderán la razón de mi sonrisa al sentir el frío quemar mi piel y hacerme temblar sin control, jamas sabrán lo que costo dejar atrás las cadenas de ser mujer para convertirme en un monstruo de encías sangrantes y piel translucida.
Ellos que saben de la vida bajo mi piel si jamas vieron la sangre correr por mis brazos, si nunca se imaginaron lo de las cuchillas debajo del colchón.
¿Cómo se atrevieron a decir que era una niña superficial? Que a mi de niña ya no me quedaba nada y de superficial ya ni siquiera me sentaba.
¿Cómo puede ser superficial querer morir, querer destrozarme a toda costa? Que en la muerte no hay esa belleza mundana a la que todos aspiran, si hubiera querido ser bella solo hubiera bastado correr en las mañanas y dejar los dulces. Pero yo ya no quería nada de eso, quería que nadie me mirara y ya ni siquiera me importaba el tono de mis labios, o que mis mejillas estuvieran lo suficientemente rosadas.
¿Quien se iba a fijar en una chica mutilada y de piel pálida y seca? ¿Quien iba a querer a la chica a la que se le caía el cabello, o a la chica que ya no podía correr sin correr el riesgo de caer al suelo?
A mi eso de la belleza ya no me fijaba, y eso de la belleza interior siempre me pareció una basura elitista. Eso de la belleza interior fue dicho por los dichosos elegidos de Afrodita para hacer sentir un poco mejor a los demás en la línea, pero eso no quiere decir que sea cierto.
Me queda de puta madre eso de la belleza interna porque entonces ya se por qué soy como el espejo me muestra, porque soy este monstruo mutilado que se mata de hambre.
Y después vinieron las pastillas que jamas hicieron que los terrores desaparecieran por las noches, no voy a negar que me hacían dormir mas de cuatro horas, pero jamas me salvaron en lo absoluto.
Después de las recetas medicas y las visitas al psiquiatra seguía siendo la misma loca que no podía verse como los demás le veía, la misma chica absurda que no encontraba un sentido en toda esta mierda. Pero ahora era un loca medicada y eso implicaba que tenia que sonreír mas y hablar menos de mis ganas de morir, porque uno de be saber que cuando estas con los psicóticos en la mano y dices que planeas suicidarte te mandan al psiquiátrico y yo ya estaba a dos pasos.
Y tuve que seguir sonriendo hasta que termine vomitando una realidad que no era mía, que nunca lo fue y definitivamente nunca lo seria. Termine hablando con las paredes de la muerte y de mis últimos respiros. Pero yo ya estaba tan jodida como mi propio estomago.
No creo que nadie hubiera sabido de las ganas que yo tenia de saltar de aquel edificio donde veía a mi psicóloga, nunca se hubieran imaginado pues les decía con una sonrisa "estoy bien" mientras me apuñalaba yo misma en la espalda y jugaba a no sentir nada en absoluto, aunque hubo un punto en el que ya no sentí nada.
Y he aprendido a maquillarme los sentimientos por miedo a que me quiten la libertad de estar libre de drogas, aunque esas ya parecen que se crean solas en mi cerebro pues me hacen alucinar de vez en cuando.
Desvió la mirada del espejo, con todos los fantasmas que me gritan para seguir alimentándose de mi, pero yo no volteo ni una sola vez, "mañana tendremos mas tiempo" les digo calando la sonrisa del día de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario