Llueve y todo lo que puedo encontrar son gotas con tu nombre contra mi parabrisas, recordándome cómo podría estar junto a ti y fundirme de nuevo en tu clavícula izquierda.
Llueve y las luces del tráfico no distraen mi pensamiento, que sólo me traen recuerdos de la última noche que nos desnudamos con la brisa de la primavera a las sombras de la luna.
Paro en el rojo y me vibra en los oídos una canción sobre la ausencia de tus latidos, pero sigue lloviendo y la ciudad no se detiene, pero este corazón parece que ya no encuentra otra razón para seguir sin ti. Lo peor, quizás, es que no sabe cómo detenerse.
Llueve y ahora sé que no es agua, eres tú.
Llueves sobre mi piel que ya estaba por caerse y te alojas en mis dedos que sangran cada vez que te escribo.
Aferro mis manos al volante y doy vuelta en la misma calle, sólo unas cuadras más y estaría en tu casa, pero logro dar vuelta antes de caer en ti de nuevo.
¿Cómo detener la lluvia que se ha mudado a mis ojos?
Salgo del auto sin pensármelo dos veces y la lluvia me abraza y me convierte en agua.
Llueve tanto dentro como afuera, como en mis letras, como en mis teclas... y parece que el sol se ha mudado a otro continente y que prefiere estar muy lejos de mi, además.
Ahora no siento la lluvia, no te siento y sigues lloviendo.
Me gustan esas personas que no se cubren de la lluvia y sonríen con la cabeza en alto como si el agua fuera a llevarse su propia soledad... tú eras así...
Confieso que me he intentado parecer a ti, pero tú eres tan tú... tan tuyo, y yo tan tuya.
Pero llueves, llueves sobre la humedad de mi vacío y borras el sol con el recuerdo de tu llovizna.
Llueves, pero no me puedo mojar de ti...
miércoles, 30 de octubre de 2013
No te enamores...
Es imposible no enamorarse de ella.
Ella ríe como el mar, tan incontrolablemente placentera, tan extraña y tan cálida como una noche de invierno frente al ordenador.
Recoge sus cabellos con cierto desdén cuando se levanta, porque a ella le gusta andar de bohemia y se lleva también unas cuantos suspiros entre sus rizos.
Pero eso no es lo mejor de ella...
Lo mejor no lo puedes ver porque es tan especial, tan único que sólo lo puedes apreciar cuando ella toca el piano.
Cuando la veo escribir me hipnotiza y se que irremediablemente se ha adueñado de mi, pero tampoco quiero luchar, me dejo llevar por la corriente que me lleva hasta sus poemas más íntimos.
Sus inseguridades me vuelven loca y me gustaría llevarle un espejo que le muestre que tan hermosa es, pero ella no lo puede ver.
¿La haz visto dibujar la fuerza de los caballos?
¿La haz visto escribir la risa de los niños?
Ni siquiera ella se da cuenta de lo que me hace y no sé cómo decírselo.
Aún no te hablo de sus labios y ya te has enamorado de ella.
Pero no te dejes engañar por ellos que te pierdes el brillo de sus ojos y sería un pecado dejar que el chocolate que rodean esas pupilas se derrita sin admirarlo.
¡A que te has enamorado también!
Ya me habían dicho que era imposible no amarle....
Ella ríe como el mar, tan incontrolablemente placentera, tan extraña y tan cálida como una noche de invierno frente al ordenador.
Recoge sus cabellos con cierto desdén cuando se levanta, porque a ella le gusta andar de bohemia y se lleva también unas cuantos suspiros entre sus rizos.
Pero eso no es lo mejor de ella...
Lo mejor no lo puedes ver porque es tan especial, tan único que sólo lo puedes apreciar cuando ella toca el piano.
Cuando la veo escribir me hipnotiza y se que irremediablemente se ha adueñado de mi, pero tampoco quiero luchar, me dejo llevar por la corriente que me lleva hasta sus poemas más íntimos.
Sus inseguridades me vuelven loca y me gustaría llevarle un espejo que le muestre que tan hermosa es, pero ella no lo puede ver.
¿La haz visto dibujar la fuerza de los caballos?
¿La haz visto escribir la risa de los niños?
Ni siquiera ella se da cuenta de lo que me hace y no sé cómo decírselo.
Aún no te hablo de sus labios y ya te has enamorado de ella.
Pero no te dejes engañar por ellos que te pierdes el brillo de sus ojos y sería un pecado dejar que el chocolate que rodean esas pupilas se derrita sin admirarlo.
¡A que te has enamorado también!
Ya me habían dicho que era imposible no amarle....
martes, 29 de octubre de 2013
Lo que me callé mientras me mirabas.
Me mirabas y no sabías dónde estaba.
No sabías que estaba perdiéndome en lo más profundo de la oscuridad, donde no me podías alcanzar.
No sabias que hacia ya un tiempo que no estoy.
Me ves con esa mirada de que me necesitas, pero no sé cómo hacer que me escuches entre tanto ruido, pero tú no escuchas nada.
No entiendes que no puedo gritar porque me estoy ahogando y que no encuentro sentido o camino para encontrarte.
No hay dirección que seguir, no hay un patrón de salvación o una manera de salir flotando fuera de esta Nada.
Tú me miras y te quisiera decir cuánto lo siento, cuánto lamento que tengas que verme así.
Se resbala una lágrima por tu mejilla y quisiera poder acercarme a secarla, pero no puedo porque estoy vacía.
Estoy tan drenada que no puedo mover mis labios para decirte que te amo y que nada de esto es tu culpa, quisiera que mis brazos pudieran abrazarte, pero lo que mas quiero hacer es decirte "Perdóname"
No sabías que estaba perdiéndome en lo más profundo de la oscuridad, donde no me podías alcanzar.
No sabias que hacia ya un tiempo que no estoy.
Me ves con esa mirada de que me necesitas, pero no sé cómo hacer que me escuches entre tanto ruido, pero tú no escuchas nada.
No entiendes que no puedo gritar porque me estoy ahogando y que no encuentro sentido o camino para encontrarte.
No hay dirección que seguir, no hay un patrón de salvación o una manera de salir flotando fuera de esta Nada.
Tú me miras y te quisiera decir cuánto lo siento, cuánto lamento que tengas que verme así.
Se resbala una lágrima por tu mejilla y quisiera poder acercarme a secarla, pero no puedo porque estoy vacía.
Estoy tan drenada que no puedo mover mis labios para decirte que te amo y que nada de esto es tu culpa, quisiera que mis brazos pudieran abrazarte, pero lo que mas quiero hacer es decirte "Perdóname"
No le digas a nadie
Te contaré que sus manos sobre mi piel me hacían temblar y que mis dedos titubean al querer alcanzarle.
Te diría que jamás le dije cuánto le amaba, pero que cada vez que le veía mis brazos luchaban contra mi cuerpo por decírselo.
Por favor no le cuentes a nadie de las noches en vela en las que me pasé dibujando cada rincón de su cuerpo y describiendo la suavidad de su piel.
No hables de las fantasías que he callado y que ahora te estoy confesando, tampoco les digas cuántos lunares le he inventado, ni cuántas veces sus labios me han besado.
No les digas que me pierdo en sus ojos, ésos que me conozco de memoria y que me he estudiado cada mañana.
Quizás además te cuente sobre la curva de sus pómulos, sobre la sombra de su nariz, sobre el brillo de sus pupilas...
¿Te he hablado ya de los rizos de su cabello? Si no lo he hecho te haz perdido de mucho, pues me he quedado a vivir dos años en ellos y he aprendido que un boleto de ida puede ser igual que uno de vuelta si no conoces el destino, pero si el destino es su pelo, sólo consigue uno de ida y jamás pienses en el de vuelta.
Jamás te dejes colgar de la curvatura de sus pestañas pues te puedes quedar encerrada en ellas, pero te aseguro que jamás querrás escapar, pero te podrías perder de lo que ahí mas allá. Te podrías perder el origen de sus suspiros y esa sonrisa tan cautelosa que hace mientras canta, y eso sería el peor infierno.
Así que no le digas a nadie todo esto que te he estado contando, porque no debe saber que yo sigo queriéndole, por favor mantén este secreto y no le cuentes a nadie de lo que te he dicho porque cuando sepa lo que siento podría perderle.
Te diría que jamás le dije cuánto le amaba, pero que cada vez que le veía mis brazos luchaban contra mi cuerpo por decírselo.
Por favor no le cuentes a nadie de las noches en vela en las que me pasé dibujando cada rincón de su cuerpo y describiendo la suavidad de su piel.
No hables de las fantasías que he callado y que ahora te estoy confesando, tampoco les digas cuántos lunares le he inventado, ni cuántas veces sus labios me han besado.
No les digas que me pierdo en sus ojos, ésos que me conozco de memoria y que me he estudiado cada mañana.
Quizás además te cuente sobre la curva de sus pómulos, sobre la sombra de su nariz, sobre el brillo de sus pupilas...
¿Te he hablado ya de los rizos de su cabello? Si no lo he hecho te haz perdido de mucho, pues me he quedado a vivir dos años en ellos y he aprendido que un boleto de ida puede ser igual que uno de vuelta si no conoces el destino, pero si el destino es su pelo, sólo consigue uno de ida y jamás pienses en el de vuelta.
Jamás te dejes colgar de la curvatura de sus pestañas pues te puedes quedar encerrada en ellas, pero te aseguro que jamás querrás escapar, pero te podrías perder de lo que ahí mas allá. Te podrías perder el origen de sus suspiros y esa sonrisa tan cautelosa que hace mientras canta, y eso sería el peor infierno.
Así que no le digas a nadie todo esto que te he estado contando, porque no debe saber que yo sigo queriéndole, por favor mantén este secreto y no le cuentes a nadie de lo que te he dicho porque cuando sepa lo que siento podría perderle.
lunes, 28 de octubre de 2013
Podemos empezar un hasta luego.
Te miro por ultima vez desde el pasillo de abordaje. Me regalas una sonrisa y escondes tus lágrimas entre tu pelo.
Me muerdo el labio para evitar correr a tu lado.
Cojo la maleta y me obligo a dar pasos lejos de ti.
No sabes que me he empacado tu última risa, que llevo un rizo tuyo en el compartimiento de enfrente y que guardé bien acomodada una noche de primavera contigo. Llevo una de tus melodías en la cartera y un suspiro que dejaste escapar mientras dormias
No me han regresado por los insomnios que te he robado y me los he enredado en el cabello.
Me cuelgo la mochila al hombro sufriendo a cada golpe de latido el peso de tu ausencia, y mi respiración se agita por encontrarte.
Obligo a mis ojos a no verte de nuevo y mis labios susurran un "Hasta Luego".
Me muerdo el labio para evitar correr a tu lado.
Cojo la maleta y me obligo a dar pasos lejos de ti.
No sabes que me he empacado tu última risa, que llevo un rizo tuyo en el compartimiento de enfrente y que guardé bien acomodada una noche de primavera contigo. Llevo una de tus melodías en la cartera y un suspiro que dejaste escapar mientras dormias
No me han regresado por los insomnios que te he robado y me los he enredado en el cabello.
Me cuelgo la mochila al hombro sufriendo a cada golpe de latido el peso de tu ausencia, y mi respiración se agita por encontrarte.
Obligo a mis ojos a no verte de nuevo y mis labios susurran un "Hasta Luego".
viernes, 25 de octubre de 2013
Atarme las pestañas para no mirarte.
Nos hemos construido entre paréntesis porque no me he atrevido a salir de él y decirte que te amo.
Que te debo decir que me aterra destruir los cimientos que hemos levantado.
Que me envuelve el puto miedo de perderte y cada maldito minuto estoy a dos segundos de decirte.
Pero aquí me tienes atándome la lengua a la garganta para evitar soltarla y soltarte la mano para dejarte sin aliento y adueñarme de tus labios.
Que sigo escribiendo a la media noche porque no puedo dormir sin contar las maneras de hacerte ver lo que me callo.
Y me tengo que concentrar para no perderme en tu mirada y tengo que atar mis cuerdas a la acera para no salir volando a tu encuentro.
Pero una vez más te beso la mejilla y sólo unos centímetros me alejan de mi delirio, que quisiera coserme los labios para no correr a tus suspiros.
Que te debo decir que me aterra destruir los cimientos que hemos levantado.
Que me envuelve el puto miedo de perderte y cada maldito minuto estoy a dos segundos de decirte.
Pero aquí me tienes atándome la lengua a la garganta para evitar soltarla y soltarte la mano para dejarte sin aliento y adueñarme de tus labios.
Que sigo escribiendo a la media noche porque no puedo dormir sin contar las maneras de hacerte ver lo que me callo.
Y me tengo que concentrar para no perderme en tu mirada y tengo que atar mis cuerdas a la acera para no salir volando a tu encuentro.
Pero una vez más te beso la mejilla y sólo unos centímetros me alejan de mi delirio, que quisiera coserme los labios para no correr a tus suspiros.
jueves, 24 de octubre de 2013
Si te viera mañana...
Si te encuentro por la calle tal vez te sonreiría y ocultaría estas malditas ganas de correr a tu encuentro y de decirte que te he estado extrañando más de lo normal.
Si te encontrará por el bulevar te preguntaría que cómo haz estado y hasta te preguntaría por tus mascotas y después me despediría de ti y te diría que te hablaré después aunque yo sé que no lo haría.
Si te viera en cualquier reunión tal vez ni te hable, tal vez finja que no te he visto y me ahorre el invitarte a por un café un día de estos y esta tremenda necesidad de abrazarte y no dejarte ir.
Si nos topáramos de casualidad quizás me ría un rato y te diría que ha sido genial este tiempo, y estoy segura que te diría que ando con prisas para evitar entablar una platica contigo.
Si te viera distraído por la calle tal vez ni te hable y tomaría la ruta opuesta para no encontrarte y me llevaría tan enloquecedora noche de insomnio pensando en cómo estarás y si piensas en alguien ahora.
Si te viera mañana te diría que me ha ido de puta madre y que tengo miles de planes que ya estoy llevando a cabo y que me mudaré de ciudad y que estoy interesada tal vez en alguien.
Si choco con tu recuerdo en el espejo del baño, te reconoceré al instante entre la mascara corrida por mis mejillas y mi desastrosa cabellera y sabré que eres tú y tú nunca sabrás quién es, quién eres.
Si te encontrará por el bulevar te preguntaría que cómo haz estado y hasta te preguntaría por tus mascotas y después me despediría de ti y te diría que te hablaré después aunque yo sé que no lo haría.
Si te viera en cualquier reunión tal vez ni te hable, tal vez finja que no te he visto y me ahorre el invitarte a por un café un día de estos y esta tremenda necesidad de abrazarte y no dejarte ir.
Si nos topáramos de casualidad quizás me ría un rato y te diría que ha sido genial este tiempo, y estoy segura que te diría que ando con prisas para evitar entablar una platica contigo.
Si te viera distraído por la calle tal vez ni te hable y tomaría la ruta opuesta para no encontrarte y me llevaría tan enloquecedora noche de insomnio pensando en cómo estarás y si piensas en alguien ahora.
Si te viera mañana te diría que me ha ido de puta madre y que tengo miles de planes que ya estoy llevando a cabo y que me mudaré de ciudad y que estoy interesada tal vez en alguien.
Si choco con tu recuerdo en el espejo del baño, te reconoceré al instante entre la mascara corrida por mis mejillas y mi desastrosa cabellera y sabré que eres tú y tú nunca sabrás quién es, quién eres.
Esclava de tus letras
Él es la mejor canción que he escuchado. Es, de algún modo, todo lo que le daba sentido a mis notas.
Sus cuerdas le daban potencia a mis teclas y cuando se fue éstas se fueron quebrando una a una.
Le he escrito otra canción, una canción que lleva su nombre impreso en cada estrofa y en cada rima de mis versos.
Paso las noches pegada al piano porque no me dejan dormir las melodías que le tengo. He despertado ya a varios vecinos y se han quejado de la soledad de mis letras.
Me han dicho que cada compás es como una nueva herida. Imagínate cuanta sangre he perdido.
Ellos no saben que no puedo detenerme, que tu pensamiento me tortura por la noche y que no me deja hasta que te saco en cada estrofa.
Pero aquí me tienes, tan tuya como nunca, como siempre me haz tenido. Tan idiota y enferma que sólo puedo ser feliz siendo una oscura esclava, pero así me encuentro, y así me pierdo un poco más a mi tratando de encontrarme en ti.
Sus cuerdas le daban potencia a mis teclas y cuando se fue éstas se fueron quebrando una a una.
Le he escrito otra canción, una canción que lleva su nombre impreso en cada estrofa y en cada rima de mis versos.
Paso las noches pegada al piano porque no me dejan dormir las melodías que le tengo. He despertado ya a varios vecinos y se han quejado de la soledad de mis letras.
Me han dicho que cada compás es como una nueva herida. Imagínate cuanta sangre he perdido.
Ellos no saben que no puedo detenerme, que tu pensamiento me tortura por la noche y que no me deja hasta que te saco en cada estrofa.
Pero aquí me tienes, tan tuya como nunca, como siempre me haz tenido. Tan idiota y enferma que sólo puedo ser feliz siendo una oscura esclava, pero así me encuentro, y así me pierdo un poco más a mi tratando de encontrarme en ti.
miércoles, 23 de octubre de 2013
Que hoy me acordé de ti, como ayer.
Después de tanto y de tan poco me parece el tiempo que hablamos se nos ha quedado corto.
Y el tiempo en que nos conocimos... no lo sé, tal vez estabas distraído.
Una semana, tal vez dos, pasaron, pero para mi el tiempo se pasó volando.
Seguía inventando historias donde te encontraba, pero de ti, de ti ya no queda nada.
Creía, creía que te encontraría algún día, pero ahora me tomaste desprevenida.
Creía, ¡y vaya que quería creer!, quería creer que tu volvías una mañana cuando yo estaba hecha trizas.
¿Roto? ¿Hablas de mi corazón?
¿De qué hablas? Bueno, he perdido la razón.
Rimas, solo eso podía darte.
Porque versos, versos eran los que te llevaste.
Después llegó el día en que extrañé tu sonrisa y quise escribirla, pero llevaba prisa.
Te dibujaba cada vez que te miraba y así terminábamos, sin palabras, sin aliento, y con estas malditas ganas de agotarte. Dime cómo sacio este deseo.
¿Cómo termino con esto, cómo lo culmino?
Esto que es tan tuyo, como es mio.
Y el tiempo en que nos conocimos... no lo sé, tal vez estabas distraído.
Una semana, tal vez dos, pasaron, pero para mi el tiempo se pasó volando.
Seguía inventando historias donde te encontraba, pero de ti, de ti ya no queda nada.
Creía, creía que te encontraría algún día, pero ahora me tomaste desprevenida.
Creía, ¡y vaya que quería creer!, quería creer que tu volvías una mañana cuando yo estaba hecha trizas.
¿Roto? ¿Hablas de mi corazón?
¿De qué hablas? Bueno, he perdido la razón.
Rimas, solo eso podía darte.
Porque versos, versos eran los que te llevaste.
Después llegó el día en que extrañé tu sonrisa y quise escribirla, pero llevaba prisa.
Te dibujaba cada vez que te miraba y así terminábamos, sin palabras, sin aliento, y con estas malditas ganas de agotarte. Dime cómo sacio este deseo.
¿Cómo termino con esto, cómo lo culmino?
Esto que es tan tuyo, como es mio.
martes, 22 de octubre de 2013
Amor es ella.
Me han preguntado que si creo en el amor, pero creo en ella.
Amor es cuando ella despierta en la mañana y me dice con una tremenda sonrisa que prefiere helado de desayuno.
Cuando el sol se cuela por la ventana y se mezcla con las sábanas y con sus melodías vespertinas.
Amor es cuando ella baila por toda la casa e inventa canciones sin sentido.
Es cuando ella me besa y dice que quiere ver de nuevo la serie entera.
Es cada risa que me guardo en el bolsillo para nunca perderle.
Es cada sonrisa que regala a los extraños. Y los 'Buenos Días' que llegan desde sus sueños.
Ella es amor.
Porque si me preguntan si creo en el amor les diría que no, pero que creo en ella cada vez que me besa y cada vez que sus manos recorren mi piel y cada vez que me deja resbalarme por su espalda.
Entonces les diría que amor es ella...
Amor es cuando ella despierta en la mañana y me dice con una tremenda sonrisa que prefiere helado de desayuno.
Cuando el sol se cuela por la ventana y se mezcla con las sábanas y con sus melodías vespertinas.
Amor es cuando ella baila por toda la casa e inventa canciones sin sentido.
Es cuando ella me besa y dice que quiere ver de nuevo la serie entera.
Es cada risa que me guardo en el bolsillo para nunca perderle.
Es cada sonrisa que regala a los extraños. Y los 'Buenos Días' que llegan desde sus sueños.
Ella es amor.
Porque si me preguntan si creo en el amor les diría que no, pero que creo en ella cada vez que me besa y cada vez que sus manos recorren mi piel y cada vez que me deja resbalarme por su espalda.
Entonces les diría que amor es ella...
lunes, 21 de octubre de 2013
La chica que me llena los insomnios
Que si puedo hablar de ella me mudo al instante a sus labios.
Que me escondo en sus rizos porque me muestran el camino a su espalda.
Y cuando conduzco por las calles sólo ella se me aparece en el retrovisor.
Y que me he vuelto poeta desde el momento que ella cruzó esa puerta.
Ella encontró la manera de quitarme las prisas y las ansias, y se coló en los rincones más escondidos de mis letras.
Ella de alguna manera me encontró a mi y se adueñó de eso que creí haber perdido.
Que desde que la conocí ya no soy mía, soy tan suya como mi insomnio cuando no está.
Ella es la mejor almohada que puede velar mis sueños, porque es mejor soñar en sus brazos que perderme en cualquier tequila.
Ella me enseñó que la luna es mejor a las 2 de la mañana siempre bajo su piel y que el sol se veía mejor cuando se colaba por su ventana y bañaba su cuerpo desnudo.
Ella sonríe cada vez que toma un sorbo de café y me dice que la luz sólo es otra parte de la noche y me lleva de la mano de regreso a la habitación donde me aprisiona en la cama y me encierra en su colchón.
Jamás quisiera dejarla pero el mundo se me escapa de vez en cuando y tengo que aterrizar en la cordura que me queda y que se ha llevado ella.
Que por ella dejo el piano y me mudo de horario, al infinito de sus labios y el fuego que congela mis sentidos en sus ojos.
Que me escondo en sus rizos porque me muestran el camino a su espalda.
Y cuando conduzco por las calles sólo ella se me aparece en el retrovisor.
Y que me he vuelto poeta desde el momento que ella cruzó esa puerta.
Ella encontró la manera de quitarme las prisas y las ansias, y se coló en los rincones más escondidos de mis letras.
Ella de alguna manera me encontró a mi y se adueñó de eso que creí haber perdido.
Que desde que la conocí ya no soy mía, soy tan suya como mi insomnio cuando no está.
Ella es la mejor almohada que puede velar mis sueños, porque es mejor soñar en sus brazos que perderme en cualquier tequila.
Ella me enseñó que la luna es mejor a las 2 de la mañana siempre bajo su piel y que el sol se veía mejor cuando se colaba por su ventana y bañaba su cuerpo desnudo.
Ella sonríe cada vez que toma un sorbo de café y me dice que la luz sólo es otra parte de la noche y me lleva de la mano de regreso a la habitación donde me aprisiona en la cama y me encierra en su colchón.
Jamás quisiera dejarla pero el mundo se me escapa de vez en cuando y tengo que aterrizar en la cordura que me queda y que se ha llevado ella.
Que por ella dejo el piano y me mudo de horario, al infinito de sus labios y el fuego que congela mis sentidos en sus ojos.
Lo que queda de ambos.
¿Recuerdas cuando te dije que te quería?
Apuesto a que no sabías cuanto lo hacía.
Apuesto a que no sabías que en realidad quería decir que te amaba, pero no podía.
¿Cómo podría decirlo?
Que yo siempre ando con prisas y que tus sonrisas se me quedaban en las letras.
No podía perderte, y la única manera de quedarme contigo era mantenerme en silencio.
He buscado una que otra excusa para poder verte de nuevo, pero se me acaban los motivos para encontrarnos y me aterra pensar que corro el riesgo de decirte lo que siento.
Después de pensarlo un poco me atrevo a decir que no lo diré.
Prefiero tenerte, aunque no sepas que te escribo.
Pensaba en dejarte, en alejarme de ti, y ahora el tiempo se me vino encima y sólo me quedan un montón de versos sin sentido que tratan de encontrarte, pero terminan perdiéndome.
Aún tengo tus abrazos guardados entre las sabanas, y también tus rizos se esconden en mis melodías y no puedo evitar escribir canciones por necesidad, porque creo que haciéndolo te puedo olvidar o al menos dejarás de doler. Qué tonta he sido al pensar que podría olvidarte, que jamas aprendí a seguir sin recordarte.
La última vez que nos vimos estaba decidida a romper mis reglas por ti, pero no pude decirte, así que mejor corrí.
Te prometo que no te molestaré con estos sentimientos rotos, ninguna carta te llegará y ninguna canción será escuchada y seguiré guardando los poemas que te escribí bajo mi cama
Apuesto a que no sabías cuanto lo hacía.
Apuesto a que no sabías que en realidad quería decir que te amaba, pero no podía.
¿Cómo podría decirlo?
Que yo siempre ando con prisas y que tus sonrisas se me quedaban en las letras.
No podía perderte, y la única manera de quedarme contigo era mantenerme en silencio.
He buscado una que otra excusa para poder verte de nuevo, pero se me acaban los motivos para encontrarnos y me aterra pensar que corro el riesgo de decirte lo que siento.
Después de pensarlo un poco me atrevo a decir que no lo diré.
Prefiero tenerte, aunque no sepas que te escribo.
Pensaba en dejarte, en alejarme de ti, y ahora el tiempo se me vino encima y sólo me quedan un montón de versos sin sentido que tratan de encontrarte, pero terminan perdiéndome.
Aún tengo tus abrazos guardados entre las sabanas, y también tus rizos se esconden en mis melodías y no puedo evitar escribir canciones por necesidad, porque creo que haciéndolo te puedo olvidar o al menos dejarás de doler. Qué tonta he sido al pensar que podría olvidarte, que jamas aprendí a seguir sin recordarte.
La última vez que nos vimos estaba decidida a romper mis reglas por ti, pero no pude decirte, así que mejor corrí.
Te prometo que no te molestaré con estos sentimientos rotos, ninguna carta te llegará y ninguna canción será escuchada y seguiré guardando los poemas que te escribí bajo mi cama
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