lunes, 21 de octubre de 2013

Lo que queda de ambos.

¿Recuerdas cuando te dije que te quería?
Apuesto a que no sabías cuanto lo hacía.
Apuesto a que no sabías que en realidad quería decir que te amaba, pero no podía.
¿Cómo podría decirlo?
Que yo siempre ando con prisas y que tus sonrisas se me quedaban en las letras.
No podía perderte, y la única manera de quedarme contigo era mantenerme en silencio.
He buscado una que otra excusa para poder verte de nuevo, pero se me acaban los motivos para encontrarnos y me aterra pensar que corro el riesgo de decirte lo que siento.
Después de pensarlo un poco me atrevo a decir que no lo diré.
Prefiero tenerte, aunque no sepas que te escribo.
Pensaba en dejarte, en alejarme de ti, y ahora el tiempo se me vino encima y sólo me quedan un montón de versos sin sentido que tratan de encontrarte, pero terminan perdiéndome.
Aún tengo tus abrazos guardados entre las sabanas, y también tus rizos se esconden en mis melodías y no puedo evitar escribir canciones por necesidad, porque creo que haciéndolo te puedo olvidar o al menos dejarás de doler. Qué tonta he sido al pensar que podría olvidarte, que jamas aprendí a seguir sin recordarte.
La última vez que nos vimos estaba decidida a romper mis reglas por ti, pero no pude decirte, así que mejor corrí.
Te prometo que no te molestaré con estos sentimientos rotos, ninguna carta te llegará y ninguna canción será escuchada y seguiré guardando los poemas que te escribí bajo mi cama

No hay comentarios:

Publicar un comentario