miércoles, 23 de octubre de 2013

Que hoy me acordé de ti, como ayer.

Después de tanto y de tan poco me parece el tiempo que hablamos se nos ha quedado corto.
Y el tiempo en que nos conocimos... no lo sé, tal vez estabas distraído.
Una semana, tal vez dos, pasaron, pero para mi el tiempo se pasó volando.
Seguía inventando historias donde te encontraba, pero de ti, de ti ya no queda nada.
Creía, creía que te encontraría algún día, pero ahora me tomaste desprevenida.
Creía, ¡y vaya que quería creer!, quería creer que tu volvías una mañana cuando yo estaba hecha trizas.
¿Roto? ¿Hablas de mi corazón?
¿De qué hablas? Bueno, he perdido la razón.
Rimas, solo eso podía darte.
Porque versos, versos eran los que te llevaste.
Después llegó el día en que extrañé tu sonrisa y quise escribirla, pero llevaba prisa.
Te dibujaba cada vez que te miraba y así terminábamos, sin palabras, sin aliento, y con estas malditas ganas de agotarte. Dime cómo sacio este deseo.
¿Cómo termino con esto, cómo lo culmino?
Esto que es tan tuyo, como es mio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario