lunes, 23 de diciembre de 2013

Aqui tambien de morir se vive.

Pude contar con los dedos las veces que tenia que respirar antes de lograr levantarme de la cama, eso era un progreso.
Tenia que recordarme que el fin de semana ya estaba cerca para poder terminar el mes.
Respiraba, por costumbre, por obligacion. Pero vomitaba para morir antes de lo planeado, y disminuir cinco pasos al precipicio.
Y de pronto asi como mis instintos suicidas me arrastraban al borde, asi, me enamore...
Me enamore con ojos cerrados y brazos abiertos. Me enamore y corri hacia el con la espalda destrozada y las piernas rotas, con las esperanzas caducadas y una que otra derrota en el bolsillo.
Pero toda mi destruccion le amaba, y mis ruinas se derrumbarian a cenizas por el.
Y asi descubri que enamorarme tambien lo podia clasificar en mis intentos suicidas. Y los suicidas enamorados somos los peores, porque morimos a cada segundo mientras eso nos da el valor para vivir en cada latido.
Pero como no enamorarme de el, si era toda la vida que me faltaba para la muerte.

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