No sabes cuanto extraño escuchar sus paso.
No tienes idea de las veces que he dejado la puerta abierta porque creo que viene detrás de mi.
Lo extraño de todo este asunto es que ya me había acostumbrado a respirar si estaba a su lado.
He perdido a tantas compañías que aun me extraña eso de extrañar a alguien. Debería acostumbrarme a perder y a ser yo la perdida.
Pero, irónicamente, sigo extrañando a todas las personas que he amado y sigo sintiendo la presión en el pecho al escuchar sus nombres y saber que me he quedado sin lado izquierdo.
Aun me pregunto cómo es que sigue latiendo un corazón que ya hasta rompió el récord de romperse 3 veces en 45 segundos.
He sangrado tanto por otras coordenadas que aun me asombro de mi capacidad para leer el mapa.
Pero aunque ya sepa que no debo amar por pasatiempo porque entonces terminaría en el suelo o enredada a bocas que jamas me salvaran, lo sigo haciendo con las mismas ansias de acogerme en el invierno y de dejar de estar sola con la compañía del frío.
Anulo las horas cuando no esta a mi lado porque esas a mi no me interesan y todos los besos, y abrazos y saludos casuales se vuelven nulos al compararlos con los susurros en el oído cuando sus brazos me rodean, cuando su mejilla se vuelve la mía y se enciende con la misma intensidad y definitivamente le digo "Adiós".
Y de mi costumbre a la soledad solo puedo decir que le extraño, porque me sentía tan segura conociendo perfectamente la geografía de mi propio corazón y eso de arrepentirme jamas estuvo en mi vocabulario porque no tenia de que arrepentirme cuando no le conocía.
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