Se me escapó decirte que te soñé y te dije en apenas un susurro que no podía dejar de esperar el momento para verte.
Se me escapó decirte que yo no quería una cena contigo, que me bastaba el café amargo por la mañana.
Se me escapó decirte que contigo las tardes eran más placenteras y que me comías las ansias que nacían en mis dedos.
Se me escapó decirte que cada vez que me mirabas se componían melodías en mi guitarra y se tocaban cada vez que me tocabas.
Se me escapó decirte que te necesitaba en un abrazo que apenas fue un abrazo y en un beso que jamás llegó.
Se me escapó decirte que te quería en una conversación a mitad de la madrugada...
Apuesto a que no te diste cuenta que se me llenaban las ganas de tenerte junto a mi cada mañana y acabar contigo cada tarde, y agotarte. Agotarme...
Se me pasó decirte, además, que te amaba. Pero ya te lo había dicho con cada mirada, pero no te habrás dado cuenta.
No te diste cuenta que mis manos te buscaban y temblaban por encontrar tu tacto y que mi sonrisa temblaba porque tu nombre aún seguía en mis labios.
No te diste cuenta que te amaba a ti cuando me preguntaste que si me he enamorado.
No te has dado cuenta que dejo los planes para ir a tu encuentro y que rompo mi estructurada rutina por tan sólo decirte "Hola".
No te diste cuenta que los insomnios que me cargaba olían a ti y que todas las canciones tenían tu rostro impreso en cada coro y en cada verso.
No te diste cuenta que memoricé cada rincón de tus palabras y que me tatué tu voz en la clavícula izquierda.
Se me escapó decirte que quería ca(n)sarme contigo, pero apostaría a que no te diste cuenta de todos los antecedentes y no te diste cuenta que cada vez que pasabas me obligaba a pasar de ti para no correr a tu nuca y perderme en tus casualidades.
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