Parece ya un milenio desde que te fuiste y no ha pasado ni más de cuatro meses que a mi me han parecido tres años sin contar las noches.
Te he echado más de menos y te he estado extrañando (no puedo creérmelo). Recuerdo cuando estábamos sin un 'nosotros' pero al menos eramos un 'juntos'.
Me daría tanto gusto verte aparecer de nuevo por aquí. Me vendría muy bien, ya que mis flores se están secando con el otoño y las hojas de mi árbol están empezando a cubrir mis energías, pero no mis lágrimas.
Me cargo a diario unas ganas de verte que me están quemando la piel y los sentidos.
Vuelve antes de que mis brazos empiecen a lucharme y a renunciar a mi.
Vuelve y tal vez te puedas traer contigo una estrella fugaz, a la que ya le he pedido que te regrese.
No le digas a nadie a dónde vas, y no me digas a mi que vienes, que podría salir corriendo por este tremendo miedo de soltarme en ti y estas ganas de consumir Noviembre en tu pecho.
Solo vuelve y no te vayas nunca más (jamás... jamás).
Si no tienes tiempo lo entenderé y espero que entiendas que no puedo leer más mensajes tuyos (así que no mandes). No me puedo permitir saber de ti si sé que no te podré mantener cerca mio.
Si decides que no te importo, lo entenderé (yo también me he dado por vencida conmigo), pero no me pidas que entienda que debo olvidarte, porque espero que entiendas que no podré.
Les he hablado a mis insomnios del cielo de tus manos y me he dibujado en el costado la primavera de tu boca, incluso pinté una gardenia de los poemas que te he inventado.
Por favor, no me odies por amarte, porque te juro que me gustaría tanto odiarte (pero no he podido). Pero vuelve, aunque sea para matarme (por favor, hazlo). Vuelve pronto... por favor.
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