lunes, 13 de mayo de 2019

Granada



Estos años 
he vivido caminando de puntillas
irónicamente, 
iba a paso firme
haciendo surcos en el lodo,
porque no quiero, 
ni pretendo, 
olvidar desde donde he venido.

Mi lucha 
es una niña pequeña 
con una granada  
entre las manos,
continuamente 
enreda los dedos en el anillo
amenazando con explotar.

No sé cómo explicar 
que me contiene dentro,
y esa jaula me protege 
y me hace daño 
a partes iguales.

Hoy he decidido explotar,
romperme en mil pedazos,
concederme tregua,
hacerme la paz
y después el amor,
llevarme a casa
y mecerme en brazos
hasta quedarme dormida.

Llevo tantos años sin dormir
que mis parpados 
se han vuelto
papel de lija,
puedo encender una cerilla 
con tan solo pestañear.

Quizás ahora me atreva  
a soplar una velita de cumpleaños 
y pedir un deseo 
con previo conocimiento  
de que no se cumplirá. 

Lo siento, mamá
hace mucho que deje 
de pedir deseos,
porque lo único que quiero
es hacerte inmortal.

Ya no puedo seguir 
aguantando la respiración,
tengo que explotar  
y ver como mis mil pedazos 
se esparcen como confeti.

Nuestros cantos 
siempre fueron música de muertos 
y ni enterados nosotros, 
si lo hubiésemos sabido antes… 


Te lo suelto así:
ya no puedo más. 


Ya no pueden joderme más. 






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