Lloré la muerte de una persona
que solo estaba en mi mente.
Enterré mi corazón
en el jardín de una casa abandonada
donde quedan los yonkis de la ciudad
a quitarle plumas a los angeles.
Tengo gusanos entre los dedos
de meter las manos
en las entrañas
de un cuerpo en descomposición
buscando calor
y agua.
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