sábado, 20 de abril de 2019

Prypiat




Yo ya lo sabía. 

Sabía que sus manos
encajaban de muerte en mi cuello,
y cuando digo de muerte 
digo que podría matarme. 

Podría matarme
y yo,
          estúpida,
          ingenua,
          enamorada…
habría muerto feliz.
Muerta de amor. 

Sabía que tenía una lengua afilada
y sin pensarlo dos veces
lo besé, 
cada vez que sonrío escupo sangre. 

Pero es que cuando él me besaba…
una colonia de hormigas
trepaba por mis piernas
y yo superé la fobia a los insectos.

Hice caso omiso
a las voces que gritaban en mis oídos
a los amigos que señalaban la caída
a mi madre prediciendo llantos interminables;
y a los fantasmas de las chicas
que alguna vez se atrevieron
a rozarle la piel con el corazón...

Me vi a mi misma diciendo
"yo soy especial, soy su musa", 
maldita dislexia,
era su puta y sin enterarme. 

Pero es que quizás yo ya lo sabía...

Lo sabía desde nuestro primer beso 
a escondidas, 
a traición... 

Porque sus "Te quiero" 
me sonaban a alarmas de incendio
pero su boca se disfrazaba
de salida de emergencias

Porque solo nos podíamos querer 
en secreto a gritos mudos
en resaca de culpabilidad
en canciones tristes de domingo.

Yo ya lo sabía.

Me dijo:
“Estás preciosa hasta llorando”.
Y hacerme llorar se convirtió
en su pasatiempo favorito.

Preciosas lágrimas de cristal
cortándome las mejillas,
mi río inmenso desembocando en Aqueronte
alimentando el desosiego y la congoja,
la sonrisa de una histérica en los labios
.
Respiré el dióxido de carbono que él soltó
hasta envenenarme,
hasta llenar mis pulmones de humo
y observé como hacía lo mismo en mis ojos.

Todo es neblina
y sus pupilas eran faro 
para mi corazón de mosquito.

Me iba a quemar la lengua en ácido
tratando de gritar que le amaba.

Pero le amo
y preferí el escozor en la garganta.

Tiene la sangre radiactiva 
y cada vez que me toca 
araña.

Su sonrisa de 400 roentgens 
me iba a aniquilar. 

Yo ya lo sabía.

Pero le quería. 

Le quería

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