lunes, 29 de abril de 2019
¿Y mis laureles?
Ya todo ha acabado.
He regresado a casa después de la guerra,
después de pasar hambre y frío,
de morir de sed y empacho.
Soy yo la ganadora,
la sobreviviente,
la Boudica rebelde,
la Astarté sanguinaria.
Me regocijo en mi victoria,
me proclamo diosa,
me rezo virgen,
me corono salvadora
de mi misma.
Regreso a casa,
a mi ciudad bombardeada,
a mis ruinas.
¿Quién va a vitorear mi ascenso?
Habito un cuerpo tan lleno de luchas
que mi espalda campo minado
exilia cualquier caricia
por muy dócil que sea el tacto.
Voy a intentar que no sea triste
aunque lo sea.
Voy a pasearme por la calle abandonada
en la que antes corrían niños extasiados de libertad…
que alguien venga a hablarme de libertad
y que me explique
qué hago yo con tanta soledad en las manos.
A veces el silencio
me hace fantasear con explosiones
y mis venas se exaltan,
mis músculos responden como despertando,
la sangre bombeando en mis oídos,
el deseo de salir corriendo…
y otra vez el silencio.
Mucho silencio.
No sé cómo vivir esta paz,
me da miedo.
Tengo la certeza
de que obtengo todo lo que quiero
justo cuando ya no me importa.
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