domingo, 14 de abril de 2019

Tirana



Hazme sumisa


oblígame a masticar
todas las gomas
de los lápices
con los que nunca te escribí.




Hazme sentir

                                   culpable

por darle la espalda
a todos los besos
que te debo.



A veces me siento tan fría
que puedo hacer que Groenlandia
quepa en mi habitación
y con la misma facilidad 
el infierno en tu cama. 

Pero no me pidas
que te diga que te quiero
porque me nacen escorpiones
desde lo profundo de mi garganta
y te puedo convencer de tragarlos
con un beso que te sepa a ternura.

Rómpeme ambos brazos
para jamás volverlos a usar
con intención de alejarte de mí
adáptalos a tu anatomía,
que mis huesos se amolden
en la posición exacta
para que puedas colarte dentro.

Fractúrame las piernas
porque aún fantaseo con salir corriendo,
con verte correr tras de mí
como un perro detrás de un camión
con esa mirada entre ingenua y desolada
de no querer aceptar
la derrota sobre el pavimento.


He sido soldado y sobreviviente, 
nadie lo imaginaría 
observándome dictadora. 


Disfruto de verte llorar
                                      y pensar que es por mí,
idealizo la escena de tu muerte
me contrato directora de tu extinción
pero no me atrevo a ir al estreno
por miedo a provocarte miedo
y que ya no quieras verme más.

Déjame que te cuente mi vida
y después elige en qué capítulo meterte,
pero no te atrevas a escribir mi obituario
porque aún no me ha matado la plaga
y la fiebre solo ha conseguido
avivar el ascua de mi torrente sanguíneo.

El arte de la guerra debería hablar de mí
porque mi amor es un maldito caballo de Troya,
ya te lo decía yo, 
mi amor, 
yo nunca he sido Helena. 

Mi tacto de hidra fue mi perdición
por cada herida que recibía
yo asestaba dos golpes más,

el problema fue
que te pusiste delante
cuando ya me habían destrozado.


No espero que lo entiendas, 
pero igual y Dalila 
también tenía mucho miedo 
y nunca nadie se lo preguntó. 

No me pidas
que te diga
que te quiero.


Me da miedo querer 
porque he querido a muchos 
y a todos los perdí. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario